Alguna vez te has preguntado.. ¿Cómo puedo nutrir mi órganos?
Piel: Es el órgano más expuesto al exterior y por tanto el que más da la cara
de las señales de envejecimiento. Frutas, frutos y vegetales con alto poder
antioxidantes y con carotenoides para facilitar la pigmentación y protección
frente al sol. Vitaminas y minerales, que como el Zinc y el Selenio presentan
un alto poder antioxidante.
Articulaciones: Fuentes de colágeno, omega-3
(pescados, lino, nueces) y vitaminas como la B·3 y la biotina tienen un alto
poder antiinflamatorio. Los alimentos ricos en vitamina C facilitan la
formación del colágeno a través de los aminoácidos aportado por los alimentos o
los suplementos.
Músculos: Se alimentan de proteínas procedentes de la
carne, pescado, leche y huevos. Entre estas proteínas las hay mejores y peores,
respecto a su asimilación o restos no dietéticos que puedan dejar. Las
procedentes de pescados azules, así como la de la carne magra de ave serían la
mejores conociendo su procedencia. Los suplementos a base de proteínas de suero
de leche y de alimentos vegetales como la soja y/o el guisante son una de las
alternativas más seguras y de más alta calidad.
Sistema
inmune: Yogurt, limón, ajo, son considerados antibióticos y antisépticos
naturales, que junto con la acción de alimentos antioxidantes son la mejor
herramienta para tener un sistema inmune fuerte.
Sistema
digestivo: La correcta absorción de nutrientes y la eficaz eliminación de
todo lo que nos sobra, se consiguen con el aporte regular de fibras y
prebióticos que favorezcan una buena flora intestinal. La mejor manera de que
el resto del cuerpo funcione con normalidad.
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