Estamos rodeados de tóxicos y aunque nos hayamos acostumbrado a vivir en este ambiente hostil, la progresiva exposición va mermando nuestro estado de salud.
Desde
el aire que respiramos, pasando por los alimentos que consumimos y el agua que
bebemos, todos arrastran sustancias tóxicas. Además nuestro cuerpo, fruto de
las distintas acciones metabólicas, también genera residuos de desecho
El cuerpo posee una capacidad de detoxificación de todos estos elementos, pero la reducción progresiva de esta capacidad condicionará el funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo y por tanto la garantía de nuestra salud global.
Estas
sustancias serán causantes de numerosas alteraciones bioquímicas y o bien
causarán enfermedad o con suerte provocarán un desaceleración de muchas
funciones que con el tiempo abocarán en enfermedad.
El
cuerpo cuenta con órganos específicos para eliminar, limpiar y depurar (hígado,
riñón, intestino, pulmón y piel), cada uno con una especialización determinada
para las sustancias que tratan, no solo tóxicos o restos metabólicos (toxinas),
sino también virus, bacterias, parásitos y otros patógenos.
A lo largo de la vida de este blog daremos cuenta de cómo ayudar en esta tarea de limpieza que iremos promoviendo desde niveles celulares, extra celulares, pasando por los canales de transporte (sistema circulatorio y linfático) y terminando en el órgano específico.
La
correcta administración de plantas de reconocida acción depurativa, así como
enzimas y aminoácidos que facilitarán la ruptura y movilización de estos
elementos contaminantes que perjudican nuestro estado de salud.
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